Son el el 63% de la población parada. Ganan el 76% de lo que cobra el otro sexo en el mismo trabajo.Representan la mayoría de personas asalariadas con sueldos inferiores al Salario Mínimo Interprofesional y copan el 75% de los contratos a tiempo parcial que se hacen en nuestro país. Ellas, las mujeres, tienen que trabajar 79 días más al año para tener el mismo salario que un hombre, Ellas las mujeres siguen siendo discriminadas y maltratadas.
Maltrato salarial y laboral cuando la otra mitad de nuestra sociedad está siendo discriminada siglo tras siglo por un sistema que las contempla por debajo, infravalorando y despreciando a las mujeres por el simple hecho de serlo.
El pasado 8 de marzo algunos celebraron, otros reinvindicaron ese día en la incansable lucha por la igualdad. En pleno siglo XXI nadie duda que es un tema transversal en la agenda política, pero sin embargo, las cifras dan buena cuenta de lo poco que la sociedad y nuestros gobiernos están haciendo por revertir esta situación de injusticia que dura siglos.
Estamos ante un escenario esperpéntico en una actuación mediática con excusas pobres y falacias en la que la igualdad nunca juega un papel protagonista. Estamos hartos del papel secundario que la igualdad tienen en los principales asuntos de Estado y advertimos que sólo con una igualdad efectiva seremos capaces de librarnos de las ataduras de las injusticias y los grilletes del machismos que nos afectan a todos por igual.
Ahora que estamos en elecciones lanzamos una propuesta: Buscamos políticos y políticas valientes capaces de dar la batalla contra el machismo en la economía, los medios, la sociedad y la propia política, pero sobre todo, buscamos ciudadanía consciente de que no creceremos, no crearemos empleo de calidad, ni nos despojaremos de la precariedad ni el maltrato laboral si no lo hacemos en pie de igualdad. Necesitamos que en las próximas elecciones la igualdad cuente. Que ser feminista cuente. Y si no, que los partidos paguen un precio político por machistas. Por atacar a las mujeres y sus derechos. Por no dejarlas decidir libremente sobre sus cuerpos. Por amenazar las iniciativas feministas e instaurar un régimen de opresión y miedo contra las personas que luchan, juntas, por la igualdad. Necesitamos ciudadanía que diga basta. O igualdad o nada.
Y para eso es necesario que ellas, las mujeres, encabecen esta lucha a las que los hombres tenemos la obligación histórica y moral de sumarnos. Tenemos mucho que aprender y tenemos mucho por hacer. Debemos librarnos de las ataduras del machismo y decir no a los roles que nos impone el sistema patriarcal. No a una economía abusadora y discriminatoria. No a una política hecha por hombres y mujeres machistas. No a una sociedad dividida entre hombres sujetos de derechos y mujeres objetos.Y para eso tenemos que defender un feminismo radical contra las violencias y el capital.
Debemos feminizar la política y feminizar la sociedad. Feminizar los debates, los medios, las noticias, las agendas, feminizar los trabajos, los discursos y la economía. Feminizar la forma de ver el mundo en base a los cuidados, las personas y feminizar el poder, a los hombres y a muchas mujeres.
Por eso es importante feminizar, porque significa decrecer, poner a las personas y su bienestar por encima del margen de beneficio en respeto con la naturaleza, el medio ambiente y una unidad de medida tan básica como humana: la vida. Si renunciamos a la igualdad renunciamos a un futuro lleno de prosperidad, felicidad y justicia social. Hagamos que cuente.
Blog de Javier Díaz Muriana 
Comentarios
Aún no hay comentarios.